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Los levitas no tendrán herencia entre sus hermanos; el Señor mismo es su herencia, según les prometió.

»Cuando alguien del pueblo sacrifique un buey o un cordero, los sacerdotes tendrán derecho a la espaldilla, las quijadas y los intestinos. También les darás las primicias de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, así como la primera lana que esquiles de tus ovejas.

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